domingo, 26 de agosto de 2007

Capitulo Tres: II

¿Cómo le podía gustar ese tipo? Esa fue la pregunta que estuvo rondando en mi cabeza una y otra vez. No podía dejar de pensar en eso. y ¿por qué estaba Lili tan feliz, desde cuándo le gustaba ese chico? Nunca la había visto hablar con él, ¿desde cuándo era tan amiga de él?
Traté de hacer las tareas, pero no podía, no dejaba de pensar en Lili. Decidí irme a dormir. Pensé un largo tiempo pensando en Lili, en su sonrisa tan mágica, en su forma de hablar, en su manera de pensar, en su felicidad bajo la lluvia.
Desperté en la madrugada, mis libros seguían en mi cama y me faltaba hacer mucho todavía. Empecé a hacer las tareas que iba a tener que presentar más tarde. Pude dormir sólo una hora, y camino al colegio pude sentir mi irritabilidad.
Llegué al colegio, y vi al chico que abrazó a Lili, estaba sonriente contándoles cosas a sus amigos.
Vi a Lili: ella también estaba feliz. Estaba riendo junto con una amiga.
Fui a los casilleros a sacar una carpeta que iba a necesitar, y escuché mi nombre. Volteé y vi que Lili me saludaba con su mano y sonriendo. Le devolví el saludo pero no pude sonreír, todo lo que había pasado en tan poco tiempo me afectaba.
Sonó el timbre de inicio de clases, y me apuré para no quedarme afuera. Ingresé al salón lentamente, pensando en qué tal vez lo de Lili no era lo que pensaba, se encendió mi esperanza.
El cansancio que tenía no me permitió entender las clases de todo el día, por lo que el timbre del receso tuvo un extra de felicidad para mí. Fui al baño a mojarme la cara y el pelo para que me ayude a mantenerme despierto. Caminé rumbo a donde siempre me sentaba, y volteé a mirar donde estaba el kiosko y busqué Lili con la mirada y la encontré luego de unos segundos. Luego de otros segundos, llegó el chico que estuvo en la salida con ella, le dio muy alegremente un beso en la mejilla y después la abrazó. Ella más alegre todavía, muy sonriente le devolvió el abrazo.
No pude mirar más y volví la mirada antes de empezar a caminar sin rumbo hasta que terminó el descanso.
Volvimos a los salones, y el profesor de matemáticas ordenó que se formaran grupos de cinco, Ignacio estaba a mi costado y le dije que si quería ser de mi grupo. Me dijo que si. Le pedí ayuda para buscar a otros 3 integrantes. Llamó a Lili.
-No, no...a ella no
-Pero por qué - me preguntó Ignacio
No le podía responder, así que atiné a decir que ya no importaba. Lili trajo 2 amigas al grupo, y me pidió sentarse a mi costado.
-Con tal que tu amigo no me vaya a hacer nada - le respondí
-¿Qué amigo? - me preguntó extrañada Lili
-Con el que te abrazas siempre
-¿Qué?
-Si, el que te estaba abrazando a la salida de ayer y el que te abrazó y besó en el receso de hoy.
-Santiago, qué poco me conoces, no pensé que pensaras eso de mi. No conozco a nadie en este colegio ni 2 meses en el colegio, y ¿crees que puedo estar de novia con un chico?
-¿Qué quieres que piense? - le repliqué - ese chico te abraza y estás más feliz que nunca.
-Santiago, ¡eres un idiota! Ese chico es mi primo y me estaba abrazando ayer por ser víspera de mi cumpleaños y hoy me besó y abrazó por ser el día de mi cumpleaños. Y tú ni me has saludado, ¡estúpido!
Nunca me esperé esa respuesta. Después de que terminó de hablar, traté de disculparme, pero sólo pude balbucear unas palabras sin sentido.
Lili levantó la mano y se fue caminando rumbo donde estaba el profesor, el cual había dicho que faltaba un integrante para un grupo, y ella fue. Ella se fue.
Todo el grupo (incluido Ignacio) me miraban con cara de desaprobación, sus ojos me fulminaban una y otra vez, era como si todos hubieran hecho lo mismo que Lili , ¿tan mal reaccioné?
Cuando terminó esa clase, traté de hablar con Lili
-Lili, ¿podemos hablar? - le pregunté
- No - dijo abriendo apenas la boca y moviendo la cabeza de izquierda a derecha
Inmediatamente volteó y salió del salón. Me quedé con las palabras en la boca.
-Perdón por decir eso, estaba tan cansado que dije cosas que no quería, perdón Lili - fue lo que dije en voz muy suave, pensando que tal vez Lili lo iba a escucha.
Todo el día traté de articular una buena disculpa, pero cada una sonaba peor que la anterior, así que decidí hacerlo simple, iba a decir lo mismo que le dije en voz baja (y tal vez algo más)
Trate de hablar con ella nuevamente a la hora de salida, pero no la vi por ninguna parte, pregunté a varias si la habían visto, pero las respuestas eran negativas.
Ya se había ido.

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