Poco a poco me iba dando cuenta que no era tan difícil adaptarse. Con Lili e Ignacio pasaba el mayor tiempo posible porque no quería estar solo, pero ellos a veces "desaparecían" y no sabía dónde estaba. Y me tenia que sentar solo y sentir esa soledad tremenda, que día a día iba disminuyendo a pesar de que habían días en que venía con fuerza.
Decidí hacer más amigos ...o al menos conocidos, y empecé en la clase de lenguaje.
-Hola, eehh ...cómo te llamas? - me animé a preguntar a un chico
-Adriano
-Hola, me llamo Santiago
-Te felicito
- …
Me dio más rabia que otra cosa...odiaba a la gente tan mal educada como Adriano. Podría haber sido cortés pero no ...un poco más y me insulta. Por más que quería no podía dejar de mirarlo, lo miraba con ganas de que mis ojos tiraran fuego o algo para hacerle daño o algo así. Luego de un rato, me di cuenta de lo tonto que estaba actuando y decidí dejarlo de hacer.
Aunque dije que eso no me iba a importa, opté por no hacerlo más para no parecer un chico que no tenia amigos...porque esa fama iba a hacer que de verdad no tuviera amigos.
Le conté a Lili lo que me había pasado y me dijo que no me preocupara: "Mejor que conozcas a la gente de ese tipo desde el principio, porque hacerlo después es una gran decepción"
La chica que se sentaba con Lili faltó al colegio ese día, por lo que me senté con ella para hablar mientras llegaba el profesor.
El profesor no llegó nunca, y me pasé 2 horas hablando de todo con ella, desde lo que íbamos a ser cuando crezcamos hasta lo que hacíamos de pequeños. Teníamos muchas cosas en común.
Mientras hablaba con ella, recordé un episodio de mi vida. Recordé el trágico día en que murió un primo. Lo recordé porque Lili dijo que tenía miedo de morir atropellada. Gabriel, mi primo, murió porque un conductor ebrio invadió la acera en que camina tranquilamente mi primo.
Sonó el timbre de la salida, y me demoré un poco guardando mis cosas en mi casíllero. Quería salir rápido para tratar de volverme con Lili, como el día que llovio: me gustó mucho conocer a una chica que le gustara caminar bajo la lluvia.
Mientras bajaba las escaleras y me dirigía a la puerta, pensé en todas las cosas que nos podían pasar. Desde encontrarnos una billetera llena de dinero hasta…hasta morir atropellados.
Cuando salí del colegio, vi que el chico que me tiró al piso una vez en basket, estaba abrazando a Lili y ella se veía muy feliz. Ambos estaban hablando con un grupo mixto que no tenía uniforme.
En ese momento no entendí. No entendía por qué la felicidad de por fin irme a casa se había convertido en un sentimiento raro, como de tristeza con rabia.
No esperé a nadie y nadie me esperó a mí. Esquivé las posibles miradas de Lili y me fui caminando rápidamente. Mientras miraba por el vidrio del bus, cayeron unas gotas y creí entenderlo. Me gustaba Lili y esos sentimientos raros... eran celos.
domingo, 19 de agosto de 2007
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