Los días pasaban, y mi realidad no cambiaba mucho. Si bien ahora me hablaban con algunos, sentía esa barrera invisible. Esa sensación que te hablan sólo porque estás ahí.
Seguía sentándome en la misma banca, desde ahí tenia una buena visión de todo el patio. Ya empezaban los entrenamientos para lo que parecía, un campeonato. Y todos los días veía pasar a la misma chica corriendo. Siempre la seguía con la mirada, porque me llenaba de curiosidad por qué siempre corría.
Un día, me demoré en terminar un trabajo, y bajé tarde al patio en el tiempo de descanso. Estaba a punto de sentarme, pero escuché que a alguien se le cayeron monedas y las empecé a buscar con la mirada. Se le habían caído a Ignacio, uno de los chicos con los que más me hablaba. Me agaché a recoger una que se había caído a un agujero pequeño. Me tuve que agachar bastante: un poco más y estaba echado.
Cuando logré coger la moneda, me paré rápidamente y en ese instante alguien se tropezó conmigo. Sentí una rodilla en mi estómago e instantes después el aire de mi cuerpo, salir por mi boca. Seguido de eso, sentí una mano que me aplastaba con fuerza esos músculos que están casí llegando al hombro desde el pecho.
En ese instante lo que hice fue resistir por miedo a hacer una maniobra errónea, y tocar algo que no debía o algo así. Resistí el dolor unos segundos y de repente una cola de pelos cayó sobre mi cara: olían a champú. Olían bien.
Cuando la chica se paró, me di cuenta que era la que siempre corría en los recreos.
-Ehh..perdón, no te vi - balbuceé
-No te preocupes - me dijo sonriendo - a ti te dolió más creo ...
-Sí, definitivamente sí - le dije
-Perdón entonces - dijo sonriendo nuevamente. En ese instante volteó y siguió corriendo como si nada hubiera pasado.
-Ya deja de mirarla - me gritó Ignacio empujándome - y cierra la boca
-No la estaba mirando a ella -me defendí
-Sí, claro ...
-Oye Ignacio, ¿sabes por qué corre esa chica?
-No sé ...y recién ahora me doy cuenta que siempre hacer lo mismo ...que rara.
Ese día pensé en muchas razones para la interrogante ..pero todas carecían de lógica. Y estaba seguro que cuando me enterara, diría: "era tan obvio..."
Al día siguiente, por alguna razón mi banca desapareció, así que tuve que buscar otro lugar para sentarme.
Fue a una que estaba unos 10 metros del lugar donde siempre me había sentado. Me decidí por ese lugar porque todos los demás estaban ocupados y prefería sentarme solo. Pero cuando me iba a sentar, apareció otra chica que también se quería sentar. No la conocía ni nada, así que no le iba a ceder el asiento, y llendo en contra de la caballerosidad, me senté. Sorprendentemente ella se sentó también, y dijo: "Eres único, cualquier otra persona hubiera preguntado si me iba a sentar o no"
-Bueno...todos somos únicos ¿no?
-Si, es verdad. ¿Cómo te llamas?
-Ehh ..me llamo Santiago.
-¿En qué grado estás?
-Cuarto
-Me llamo Andrea, y estoy en 5to.
- …Hola Andrea
- Jajaja – rió – que tonta situación. Mejor busco otro sitio.
Y luego de decir eso, se paró y sin voltear se alejo a paso ligero.
lunes, 30 de julio de 2007
Capitulo Uno: II
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Mi primer día de clases empezó mal: por primera vez en tres años mi despertador falló y no sonó. Por más que me apuré no logré llegar temprano a la inauguración del nuevo curso.
Cuando llegué la puerta del colegio ya estaba cerrada. El auxiliar me dejo pasar luego de verificar mi nombre en la lista. Me indicó donde estaba mi salón y se fue.
Empecé a caminar pensando la cara que tenia que poner para no quedar tan mal...porque ser alumno nuevo y llegar tarde el primer día nunca es bueno.
En esos minutos que duró mi camino hasta la puerta de mi nuevo salón también me puse a recordar a mis amigos que no vería más en bastante tiempo y recordando la ocasión en que rompimos un vidrio hasta que llegué a la puerta de nuevo salón.
Toqué la puerta y tragué saliva.
-¿Si? Buenos días -- me dijo el profesor.
-Buenas Sr. -- respondí -- ehhh …soy un alumno nuevo de 4to y llegué tarde.
-¿Tarde el primer día? ..Eso no es bueno --me dijo
-Si, lo se --respondí
-Bueno, pasa --me dijo, haciendo un ademán con la cabeza-- los nuevos ya se están presentando.
Cuando di mi primer paso tuve la ilusión de que alguien estuviera solo y que yo me iba a tener que sentar con él o ella. Pero no fue así. Me senté en una carpeta al fondo, solo. Antes de llegar a la que sería mi carpeta por tres meses, me di cuenta que todos me miraban como bicho raro.
-El chico que llegó tarde, por favor preséntese --dijo el profesor
¿Ahora qué digo? ¿Qué no digo? ...
-Ehh..bueno, hola a todos. Mi nombre es Santiago, tengo 15 años, me gusta leer y aunque parezca totalmente lo contrario, me encanta jugar videojuegos en la computadora, en especial los de estrategia.
Me senté y miré fijamente la pared de al frente mió hasta que dejaran de mirarme.
Pasaron las primeras horas de clase, el profesor hizo unas dinámicas de integración que (noté) no funcionaron muy bien. Me di cuenta que iba a ser un poco difícil integrarme …más aún por el hecho de llegar en 4to. Según mi teoría cuando más cerca estés a 5to cuando te cambias de colegio, más difícil es encajar.
Cuando sonó la campana del recreo no supe que era para eso. Todos empezaron a moverse rumbo a la puerta para bajar.
-Bajaré para ver qué es - pensé
Cuando vi a todos abajo, me di cuenta que era recreo. La gente reía, jugaba fútbol y básket, hablaba, comía, leía. Por un momento me sentí feliz, pero recordé que no iba a poder hacer nada de eso, no por el momento, dado que no conocía a nadie.
Me senté a ver como jugaban: era impresionante el ímpetu que le ponían a cada jugada ...algunos iban con miedo, otros con odio, otros con confianza, otros sin ver...
El arquero tapaba bien, y tenía voz de mando, desde atrás ordenaba a todo el equipo. En una de sus salidas, se chocó con una chica, que tenia pelo negro, usaba lentes, tenia un libro en la mano y un emparedado en la otra, tenia una cara alegre, y a pesar del golpe recibido se paró rápidamente y dijo "perdón" con una voz dulce, acompañado de una sonrisa. En ese instante volteó un segundo a mirarme, y vi sus ojos: no distinguí el color, pero eran raros. Era la primera vez que me daba cuenta de unos ojos cautivaban mi atención. Cuando volteó, empezó a correr y esquivó ágilmente a algunas personas en el camino, ¿por qué estará tan apurada?- me pregunté.
Cuando subimos a los salones, vi que la chica que se chocó con el arquero en el recreo estaba en mi salón. -¿no le habrá dolido el choque?
La clase de mate estaba a punto de empezar, así que me olvidé del recreo, y empecé a prestar atención a la clase.
Image from:
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Mi primer día de clases empezó mal: por primera vez en tres años mi despertador falló y no sonó. Por más que me apuré no logré llegar temprano a la inauguración del nuevo curso.
Cuando llegué la puerta del colegio ya estaba cerrada. El auxiliar me dejo pasar luego de verificar mi nombre en la lista. Me indicó donde estaba mi salón y se fue.
Empecé a caminar pensando la cara que tenia que poner para no quedar tan mal...porque ser alumno nuevo y llegar tarde el primer día nunca es bueno.
En esos minutos que duró mi camino hasta la puerta de mi nuevo salón también me puse a recordar a mis amigos que no vería más en bastante tiempo y recordando la ocasión en que rompimos un vidrio hasta que llegué a la puerta de nuevo salón.
Toqué la puerta y tragué saliva.
-¿Si? Buenos días -- me dijo el profesor.
-Buenas Sr. -- respondí -- ehhh …soy un alumno nuevo de 4to y llegué tarde.
-¿Tarde el primer día? ..Eso no es bueno --me dijo
-Si, lo se --respondí
-Bueno, pasa --me dijo, haciendo un ademán con la cabeza-- los nuevos ya se están presentando.
Cuando di mi primer paso tuve la ilusión de que alguien estuviera solo y que yo me iba a tener que sentar con él o ella. Pero no fue así. Me senté en una carpeta al fondo, solo. Antes de llegar a la que sería mi carpeta por tres meses, me di cuenta que todos me miraban como bicho raro.
-El chico que llegó tarde, por favor preséntese --dijo el profesor
¿Ahora qué digo? ¿Qué no digo? ...
-Ehh..bueno, hola a todos. Mi nombre es Santiago, tengo 15 años, me gusta leer y aunque parezca totalmente lo contrario, me encanta jugar videojuegos en la computadora, en especial los de estrategia.
Me senté y miré fijamente la pared de al frente mió hasta que dejaran de mirarme.
Pasaron las primeras horas de clase, el profesor hizo unas dinámicas de integración que (noté) no funcionaron muy bien. Me di cuenta que iba a ser un poco difícil integrarme …más aún por el hecho de llegar en 4to. Según mi teoría cuando más cerca estés a 5to cuando te cambias de colegio, más difícil es encajar.
Cuando sonó la campana del recreo no supe que era para eso. Todos empezaron a moverse rumbo a la puerta para bajar.
-Bajaré para ver qué es - pensé
Cuando vi a todos abajo, me di cuenta que era recreo. La gente reía, jugaba fútbol y básket, hablaba, comía, leía. Por un momento me sentí feliz, pero recordé que no iba a poder hacer nada de eso, no por el momento, dado que no conocía a nadie.
Me senté a ver como jugaban: era impresionante el ímpetu que le ponían a cada jugada ...algunos iban con miedo, otros con odio, otros con confianza, otros sin ver...
El arquero tapaba bien, y tenía voz de mando, desde atrás ordenaba a todo el equipo. En una de sus salidas, se chocó con una chica, que tenia pelo negro, usaba lentes, tenia un libro en la mano y un emparedado en la otra, tenia una cara alegre, y a pesar del golpe recibido se paró rápidamente y dijo "perdón" con una voz dulce, acompañado de una sonrisa. En ese instante volteó un segundo a mirarme, y vi sus ojos: no distinguí el color, pero eran raros. Era la primera vez que me daba cuenta de unos ojos cautivaban mi atención. Cuando volteó, empezó a correr y esquivó ágilmente a algunas personas en el camino, ¿por qué estará tan apurada?- me pregunté.
Cuando subimos a los salones, vi que la chica que se chocó con el arquero en el recreo estaba en mi salón. -¿no le habrá dolido el choque?
La clase de mate estaba a punto de empezar, así que me olvidé del recreo, y empecé a prestar atención a la clase.
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Capitulo Uno: I
Muy pocos saben lo duro que es mudarse a una ciudad lejana, dejar a tus amigos, dejar algunas de tus costumbres, cambiar de casa…pero lo que a mi más me afectó fue el cambio de colegio.
Las mudanzas en verano son más trabajosas. El sol multiplica tu esfuerzo y disminuye tu descanso.
Una de las cosas que son buenas y malas al mismo tiempo de una mudanza es encontrar recuerdos. Ese día encontré los regalos que me había dado una chica, con la que tuve una problemática relación. Hallé un osito que cogía un corazón que decía "te quiero mucho", ese osito fue en algunas ocasiones un "levantador de ánimo". Encontrarlo me produjo una nostalgia grande…me había olvidado que existía.
Otra de las cosas que encontré fue una carta suya. Me dio un poco de risa recordar que yo le escribir en hojas arrancadas de la mitad de mi cuaderno y le escribía con un solo color de lapicero (azul casi siempre) en cambio, ella usaba papel de colores, cortado, con stikers y lapiceros con olor.
Encontré cuadernos viejos, que estaban llenos de "tres-en-raya" en la parte de atrás. Siempre jugaba para distraerme un poco (a veces hasta jugaba solo)
Y así encontré muchas cosas más: desde monedas hasta ropa que daba por perdida o robada.
El último día en la casa, cenamos con mis papas y hermanos recordando algunos sucesos graciosos. No me gustó que recordaran mi resbalada el día de mi cumpleaños ...fue muy vergonzoso ...pero a mi también me dio risa.
Dormimos en colchones porque las camas ya estaban desarmadas y estaban listas para meterlas al camión al día siguiente.
Esa noche soñé que estaba en una casa de árbol, como la de las películas. Cuando me desperté quise dormir y soñar de nuevo pero no pude.
Cuando uno se muda siempre tiene una imagen de la casa según nos haya contado nuestros padres. Yo tenia una (casí de película) …una casa que sería perfecta para mi. Sin embargo, cuando fui por primera vez no se asemejaba mucho a mi imaginación, pero bastaba para ser feliz.
La ventana de mi cuarto daba a una pista y a unas casas, como la de casí todos ¿no? Lo primero que hice fue pensar donde poner mi cama. Tenía que tener en cuenta el lugar exacto para no caerme en las noches, que este cerca de las ventanas (y de la pita para abrir y cerrar las cortinas), tenia que tener espacio al costado izquierdo para mi velador y tenia que estar cerca a algún enchufe. Ese día me di cuenta que era medio maniático con eso.
Puse la bolsa con mi ropa en el piso, al costado de las cajas con mis cosas. Empecé a colgar algunas cosas en el ropero y busqué donde iba a poner mi escritorio. Me pasé toda la mañana y casi toda la tarde arreglando todo mi cuarto.
Cuando terminé con todo me tiré exhausto a mi cama y cerré los ojos. El dolor de la parte baja de mi espalda era terrible pero ya empezaba a disminuir.
Empecé a pensar en todas las cosas que dejaba atrás y las que podría encontrar a partir de ese día, pero el sueño me venció y por primera vez me quedaba dormido en mi nueva casa.
Las mudanzas en verano son más trabajosas. El sol multiplica tu esfuerzo y disminuye tu descanso.
Una de las cosas que son buenas y malas al mismo tiempo de una mudanza es encontrar recuerdos. Ese día encontré los regalos que me había dado una chica, con la que tuve una problemática relación. Hallé un osito que cogía un corazón que decía "te quiero mucho", ese osito fue en algunas ocasiones un "levantador de ánimo". Encontrarlo me produjo una nostalgia grande…me había olvidado que existía.
Otra de las cosas que encontré fue una carta suya. Me dio un poco de risa recordar que yo le escribir en hojas arrancadas de la mitad de mi cuaderno y le escribía con un solo color de lapicero (azul casi siempre) en cambio, ella usaba papel de colores, cortado, con stikers y lapiceros con olor.
Encontré cuadernos viejos, que estaban llenos de "tres-en-raya" en la parte de atrás. Siempre jugaba para distraerme un poco (a veces hasta jugaba solo)
Y así encontré muchas cosas más: desde monedas hasta ropa que daba por perdida o robada.
El último día en la casa, cenamos con mis papas y hermanos recordando algunos sucesos graciosos. No me gustó que recordaran mi resbalada el día de mi cumpleaños ...fue muy vergonzoso ...pero a mi también me dio risa.
Dormimos en colchones porque las camas ya estaban desarmadas y estaban listas para meterlas al camión al día siguiente.
Esa noche soñé que estaba en una casa de árbol, como la de las películas. Cuando me desperté quise dormir y soñar de nuevo pero no pude.
Cuando uno se muda siempre tiene una imagen de la casa según nos haya contado nuestros padres. Yo tenia una (casí de película) …una casa que sería perfecta para mi. Sin embargo, cuando fui por primera vez no se asemejaba mucho a mi imaginación, pero bastaba para ser feliz.
La ventana de mi cuarto daba a una pista y a unas casas, como la de casí todos ¿no? Lo primero que hice fue pensar donde poner mi cama. Tenía que tener en cuenta el lugar exacto para no caerme en las noches, que este cerca de las ventanas (y de la pita para abrir y cerrar las cortinas), tenia que tener espacio al costado izquierdo para mi velador y tenia que estar cerca a algún enchufe. Ese día me di cuenta que era medio maniático con eso.
Puse la bolsa con mi ropa en el piso, al costado de las cajas con mis cosas. Empecé a colgar algunas cosas en el ropero y busqué donde iba a poner mi escritorio. Me pasé toda la mañana y casi toda la tarde arreglando todo mi cuarto.
Cuando terminé con todo me tiré exhausto a mi cama y cerré los ojos. El dolor de la parte baja de mi espalda era terrible pero ya empezaba a disminuir.
Empecé a pensar en todas las cosas que dejaba atrás y las que podría encontrar a partir de ese día, pero el sueño me venció y por primera vez me quedaba dormido en mi nueva casa.
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