El jueves en la noche llovió. Me paré junto a la ventana para ver las gotas caer. Cada gota que veía caer aumentaba mi melancolía. Si Lili había reaccionado tan normal...si había bromeado sobre mis celos y no se sentía incómoda por eso, lo más probable es que ella no sintiera "algo más que amistad" por mí. Seguro cuando Claudia me dijo que Lili estaba triste, era verdad, pero no estaba triste porque se peleó con el chico que le gustaba, sino porque se peleó con un buen amigo (nada más) ¿Mi destino era volverme el mejor amigo de Lili y nada más? ¿Mi destino era tener que escuchar todas sus penas, como un amigo, y consolarla cuando se sintiera mal por un chico (que no fuera yo)?
Ante todas esas ideas, algo me dio esperanza. Una estrellita, chiquita pero luminosa, apareció en el cielo. Era la única en todo el cielo negro. A pesar de ser solo una, daba la impresión de que brillaba como si fueran diez.
Estuve en mi cama recién a las 12pm, tenia que hacer unas cosas y "perdí" tiempo viendo como caían las gotas de lluvia. Aunque sabía que ver la lluvia iba a hacer que me quede más tiempo despierto sabia que valía la pena. La lluvia me ayudaba a calmarme, me ayudaba a ser feliz un momento.
Al día siguiente saludé a Lili en la mañana y la dejé con la excusa de tener que hablar con un profesor por un trabajo. Me fui por temor de ponerme rojo de nuevo, tres veces seguidas ya iban a ser mucha coincidencia.
Ya en el salón, nos anunciaron que iban a empezar los pruebas y nos dieron las fechas de cada una.
En el recreo me puse a hablar con Ignacio sobre los exámenes, le pregunté cuáles eran difíciles y cuáles no, cuánto duraban y cosas así.
De repente, llegó Lili y me dijo si quiera estudiar con ella para algunos exámenes.
-Bueno - le respondí sin reflexionar.
-Gracias - me dijo - nunca he sido buena en los exámenes...siempre me paso horas leyendo pero a la hora del examen no me acuerdo de nada. Ojalá puedas ayudarme con eso.
-EEhh ..eso trataré - le dije con una tímida sonrisa.
-Gracias - me dijo de nuevo - eres un super amigo
Esa frase retumbó en mi cabeza todo el día, hasta que me dormí. "Súper amigo". Al parecer lo que creía era cierto: Lili sólo me veía como un amigo y nada más. Y para colmo me había comprometido a ayudarla a estudiar, estar con ella más tiempo sólo iba a hacer que la quiera más y más.
Empezaba a tener un sentimiento de rechazo hacia Lili, no quería ilusionarme más, pero al mismo tiempo quería seguir con mi ilusión: tal vez Lili sólo actuaba...y tal vez le gustaba. O tal vez no.
martes, 18 de septiembre de 2007
lunes, 17 de septiembre de 2007
Capitulo Tres: IV
pencil
Pararme al frente del salón y decir al frente de todos “te quiero Lili” me parecía demasiado extremo ...pero era mi única idea hasta el momento. Además si Lili me rechazaba iba a pasar una gran vergüenza (para ella más que para mí).
Ideé otros planes, pero todavía no podía poner en marcha ninguno. Recordé que Lili y yo no nos hablábamos desde el día su cumpleaños (cuando nos peleamos)
Pero me cansé de eso, no resistía no poder hablar con ella, así que un día decidí hacer algo. Me paré rumbo a su sitio sin haber decido qué hacer. Seguí caminando porque si volvía talvez no me iba a poder armar de valor de nuevo. Cuando llegué a su lado, le pedí un lápiz (sí, un lápiz)
Me miró un momento, volteó a buscar algo en su cartuchera y volteó sonriendo dándome el lápiz: "Toma, úsalo todo el día si quieres, pero cuídalo eh"
No pude creer la naturalidad con la que me respondió. No pude evitar sentir una paz interna al oír su dulce voz.
-Lili, sobre lo que paso ..eh ..lo que pensé sobre tu primo, yo no quería ...
-Santiago no te preocupes por eso, supongo que habrás estado de mal humor por otra cosa, no creo que hayan sido celos ni nada de eso, ¿verdad?
-¡Claro que no! ...es decir, tu eres mi amiga y todo eso pero yo …este ..nada que ver esas cosas que ser más que amigos porque ...ehh ....¿tu entiendes no?
-La verdad Santiago, no te entendí nada.
Me fui caminado a mi sitio rápido, podía sentir como me quemaba la cara y recordaba como me había temblado la voz cuando Lili mencionó lo de los celos. "Ojalá no se haya dado cuenta"
Pasaron unas dos horas, y Lili se acercó y me dijo: "Santiago se me perdió mi otro lápiz, necesito el que te presté"
-Toma, yo tengo uno.
-¿Entonces por qué me pediste uno?
No le podía decir que solo fue para poder hablar con ella, así que le dije que se me había perdido el mío y que nadie tenia un lápiz para prestarme cerca mío, así que se lo pedí a ella
-Aya, eso fue ...¿Santiago estás enfermo?
-No, me siento bien... ¿por qué lo dices?
-Porque cuando me pediste el lápiz de un momento a otro te pusiste rojísimo ...y no sé, creí que era porque estabas enfermo.
En ese momento sentí que me quemaba la cara de nuevo
-No me siento mal...así que mejor anda a tu sitio antes que le profesor te llame la atención.
-Jajaja, está bien...no te vayas a enfermar por favor. Luego vas a hacer que todos nos contagiemos. Y deberías ir al médico, te estás poniendo rojo de nuevo.
Antes de que dejara de seguirla con la mirada, vi como buscó algo en una cartuchera de Claudia (que no estaba en su asiento en ese momento). Sin antes poder descifrar qué estaba haciendo, sacó un lápiz diciéndome: “Mira, acá hay un lápiz y cerca de ti”. Me dedicó una sonrisa de satisfacción y luego se fue caminando.
Pararme al frente del salón y decir al frente de todos “te quiero Lili” me parecía demasiado extremo ...pero era mi única idea hasta el momento. Además si Lili me rechazaba iba a pasar una gran vergüenza (para ella más que para mí).
Ideé otros planes, pero todavía no podía poner en marcha ninguno. Recordé que Lili y yo no nos hablábamos desde el día su cumpleaños (cuando nos peleamos)
Pero me cansé de eso, no resistía no poder hablar con ella, así que un día decidí hacer algo. Me paré rumbo a su sitio sin haber decido qué hacer. Seguí caminando porque si volvía talvez no me iba a poder armar de valor de nuevo. Cuando llegué a su lado, le pedí un lápiz (sí, un lápiz)
Me miró un momento, volteó a buscar algo en su cartuchera y volteó sonriendo dándome el lápiz: "Toma, úsalo todo el día si quieres, pero cuídalo eh"
No pude creer la naturalidad con la que me respondió. No pude evitar sentir una paz interna al oír su dulce voz.
-Lili, sobre lo que paso ..eh ..lo que pensé sobre tu primo, yo no quería ...
-Santiago no te preocupes por eso, supongo que habrás estado de mal humor por otra cosa, no creo que hayan sido celos ni nada de eso, ¿verdad?
-¡Claro que no! ...es decir, tu eres mi amiga y todo eso pero yo …este ..nada que ver esas cosas que ser más que amigos porque ...ehh ....¿tu entiendes no?
-La verdad Santiago, no te entendí nada.
Me fui caminado a mi sitio rápido, podía sentir como me quemaba la cara y recordaba como me había temblado la voz cuando Lili mencionó lo de los celos. "Ojalá no se haya dado cuenta"
Pasaron unas dos horas, y Lili se acercó y me dijo: "Santiago se me perdió mi otro lápiz, necesito el que te presté"
-Toma, yo tengo uno.
-¿Entonces por qué me pediste uno?
No le podía decir que solo fue para poder hablar con ella, así que le dije que se me había perdido el mío y que nadie tenia un lápiz para prestarme cerca mío, así que se lo pedí a ella
-Aya, eso fue ...¿Santiago estás enfermo?
-No, me siento bien... ¿por qué lo dices?
-Porque cuando me pediste el lápiz de un momento a otro te pusiste rojísimo ...y no sé, creí que era porque estabas enfermo.
En ese momento sentí que me quemaba la cara de nuevo
-No me siento mal...así que mejor anda a tu sitio antes que le profesor te llame la atención.
-Jajaja, está bien...no te vayas a enfermar por favor. Luego vas a hacer que todos nos contagiemos. Y deberías ir al médico, te estás poniendo rojo de nuevo.
Antes de que dejara de seguirla con la mirada, vi como buscó algo en una cartuchera de Claudia (que no estaba en su asiento en ese momento). Sin antes poder descifrar qué estaba haciendo, sacó un lápiz diciéndome: “Mira, acá hay un lápiz y cerca de ti”. Me dedicó una sonrisa de satisfacción y luego se fue caminando.
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